Como bien me ha dicho mi mamá toda la vida, yo soy más terca que una mula.
La verdad, yo no sé si las mulas sean tercas y si todo el mundo entiende lo que es la terquedad (siento que es una expresión muy venezolana). Pero para que me entiendan mejor, les voy a poner un ejemplo que siempre me decía mi abuela: "Anaísa, no te montes en ese sofá a brincar que te vas a hacer daño" y yo iba y me montaba más rápido y saltaba más alto.
Y ser terco puede ser una bendición (o todo lo contrario, dependiendo de como lo vean). Para mi, en la mayoría de los casos, me funciona muy bien porque me hace ser muy persistente, si quiero algo no descanso hasta que lo tenga. Cuando funciona mal es porque hay veces que, por más que persista, hay cosas que se salen de mis manos y que no importa cuanto lo intentes no se pueden conseguir (al menos no de la forma que quieres). Pero lo que he aprendido con el tiempo es que a veces no conseguir lo que quieres puede ser un maravilloso golpe de suerte porque quedas preparada para cosas más grandes y mejores.
Y como esta terquedad es parte de mi personalidad, yo había pasado toda mi vida siendo una persona que no le gustaba la torta de piña. Y les voy a confesar algo, nunca la había comido.
Sinceramente, es que si me ponían a escoger una torta siempre iba a escoger una torta de chocolate. Es que en serio!!, quién en su sano juicio escoge torta de piña???, la única persona que conozco que hace esa gracia es Virginia, una de mis mejores amigas, que siempre en sus cumpleaños tiene torta de piña hecha por su abuelita, pero Virgi es medio loca y es más terca que yo (de hecho, yo digo que ella es demasiado Viento en Contra, de toda la vida le ha encantado ir en contra de la corriente). Pero bueno, eso es harina de otro costal, jajajajaja.
El hecho es que me empezaron a pedir muchas veces una receta de torta de piña, y fue como que "bueno Anaísa, a ponerse el delantal y a hacer torta de piña!", después de varios intentos salió esta señorita y no podría estar más feliz de haber salido de mi terquedad contra la torta de piña
Es que en serio, nunca les ha pasado que pasan toda su vida pensando y diciendo que algo no les gusta y de repente un día, cuando nadie los ve, dan una probadita y resulta que de la nada están enamorados?, bueno, algo así me pasó con esta torta.
Es que la torta es demasiado suave y cremosa, queda como súper húmeda por la fruta y por la mezcla de mantequilla y azúcar del fondo; y el sabor y textura que da la piña con la combinación de azúcar y mantequilla del fondo es algo inigualable. Cómo me permitieron pasar tanto tiempo sin comer esta divinura? <3
De paso, hacerla no puede ser más fácil y se usan ingredientes que solemos tener casi siempre en la cocina y además es preciosa. En mi caso yo quise hacer un corazón en el centro de mi torta con las cerezas, y lo que hice fue cortar en el centro de una rodaja de piña un corazón con un cortador de galletas y le puse 3 cerezas. A mi me gustó hacerla con mitades de piña en forma de ventilador porque le da una apariencia distinta y preciosa, pero pueden usar también las rodajas enteras en el fondo si eso prefieren. Así se veía la mía antes de ponerle la masa encima:
Pueden usar piña natural o enlatada, de las dos formas es riquísima!. Lo único con lo que tienen que ser pacientes es con el desmoldado, si no está bien fría corren el riesgo de que se pegue. Es bueno que antes de desmoldarla pasen con cuidado un cuchillo por las paredes de su molde para que salga más fácilmente :)
Si tienen alguna duda con respecto a los ingredientes o la preparación, si quieren sugerir o pedir una receta, o si prepararon la torta de piña y me quieren contar cómo les quedó (me encantaría saber su experiencia!), no duden en ponerlo en los comentarios abajo. Además, recuerden que amo ver las fotos de lo que hacen con mis recetas!, pueden enviármelas por Instagram etiquetándome en @annaspasteleria <3
Que tengan un día precioso!,
Anaísa