Hacer cosas bonitas por las personas que amo siempre ha sido y será una de mis actividades favoritas. Yo creo que esto lo aprendí de mi papá, que es la persona más bondadosa y trabajadora que he conocido en mi vida; nunca he visto que se niegue a ayudar a ninguna persona, es algo que admiro muchísimo en él.
Él es verdaderamente mi padrastro, y aunque esa palabra suene como a villano de película a mi nada me da más orgullo que llamarlo papá y saber que él escogió ser mi padre porque honestamente es una de las mejores personas que ha pisado la faz de la tierra, esta receta la quise hacer para él; porque la parchita (también conocida como fruta de la pasión o maracuyá) es su fruta favorita y adora los postres fríos. De hecho es conocido por poder comerse un pote de helado (de los grandotes!!!) solito y en una sentada (que eso es algo de admirar!)
Yo creo que cada quien demuestra el amor de la manera en que mejor sabe, “cada quien enamora como lo entiende” siempre me ha dicho mi mamá. Y cocinar dulcitos se volvió, desde hace unos 6 años, mi forma número 1 de demostrar amor a las personas que están a mi alrededor.
Cada vez que viene un cumpleaños o un día de celebración me paso las semanas previas pensando todo el tiempo qué voy a cocinar para ese día, idealmente es algo que le guste mucho a la persona homenajeada, así que como mi papá es fan de la Parchita y se viene el día del padre, con la ayuda de mis seguidoras por Instagram decidí hacer un pie de parchita (no les tengo que volver a decir que también es conocida como maracuyá o fruta de la pasión, verdad?)
Lo de hacer este pie fue la mejor idea!!!, como los días han estado muy calientes es delicioso tener un postrecito tan suave y refrescante para compartir. Lo que hice en este caso fue adaptar la receta de mi pie de limón y cambiarle sólo el zumo, me daba un poco de miedo porque no sabía si me iba a quedar muy dulce, pero nada de eso!, el resultado me enamoró totalmente <3
Además, es el postre perfecto para acompañar una parrilla o barbacoa (que seguro será mi plan del día del padre!, ese es el plan favorito de mi papá) o para llevar a un compartir con amigos y familiares.
La base es perfecta, no se desmorona y sabe riquísimo!!, el relleno es definitivamente mi parte favorita, es suave, cremoso y con un sabor súper equilibrado, es dulcito sin ser empalagoso y ácido sin hacerme arrugar la cara, así que para mi es perfecto!. Además, una de mis lectoras me recomendó agregar un poco de limón para realzar el sabor de la marchita y me encantó el resultado entonces lo agregué a la receta (gracias Jeannette!!)
Por otro lado, yo creo que un pie no está terminado hasta ponerle una montaña inmensa de merengue por arriba, esta vez tenía flojera de sacar la manga pastelera y limpiar todo el desastre y lo que hice fue esparcir tooooda la mezcla del merengue por encima del pie con la ayuda de una espátula y le di forma hasta que me pareció suficientemente redondito. Para finalizar decoré con algunas semillas de parchita para darle color y un toque bonito!. En mi casa esta divinura no duró ni 24 horas, a todo el mundo le encantó!
Igual que con el pie de limón, recuerden que no deben hornear el relleno hasta que se vea tostado por arriba porque habrán cocinado la leche condensada y el pie no les quedará cremoso sino con grumos, no importa si cuando lo sacan pareciera que estuviese crudo en el centro, es normal!, el calor residual y la acidez de la fruta terminarán de cuajar el relleno.
Si tienen problemas con el merengue recuerden leer el post de suspiros, en donde hay muchísimos tips para que siempre salga bien!, la prueba es el mío, verdad que queda precioso?
Si tienen alguna duda con respecto a los ingredientes o la preparación, si quieren sugerir o pedir una receta, o si hicieron este pie y quieren contarme cómo les quedó (me encantaría saber su experiencia!), no duden en ponerlo en los comentarios abajo.
Que tengan un lindo día,
Anaísa :)