Desde hace algunos años me inventé la tradición de hacerme mi propia torta de cumpleaños. Creo que en el segundo año casi casi me arrepiento, porque siempre por esos días tengo mucho que hacer y mis inventos de tortas son tan rebuscados que tengo que admitir que llegaba un punto en el que sentía que empezaba a volverme loca.
Pero la verdad es que ahora es una tradición que no cambiaría y que adoro (bueno, siempre la he adorado). Desde el año pasado me ha gustado darle algún tipo de significado al sabor o a la decoración de la torta, y este año quise hacerla de un color que siempre pensé que no me gustaba: el morado!, porque podemos hacer cosas preciosas incluso de algo que pensábamos que no nos gustaba.
Tenía súper claro que quería que el sabor de la torta fuera de chocolate al ron, porque había una pastelería hace muchos años en mi ciudad en la que hacían una torta como esta que yo amaba con locura, pasión y desenfreno. Cuando por fin descifré que lo que la hacía ser tan rica era que estaba humedecida con un almíbar al ron supe que ese tenía que ser el sabor de mi torta de cumpleaños.
La receta de base de esta torta es un bizcocho tipo genovés de chocolate (uno sin mantequilla en la base), es perfecto para tortas frias y que queremos humedecer o saborizar con algún almíbar. Si, si, ya sé que tengo mucho tiempo debiéndoles la receta de mi torta de chocolate negra súper secreta, pero esa es una receta que siempre me he jurado compartir en el momento que pueda tener un libro con mis recetas y pretendo mantener mi promesa hasta que lo logre. Mientras tanto, les juro que esta receta va a satisfacer sus deseos chocolatosos y a hacerlos muy felices.
Este bizcocho es súuuuper esponjosito y fácil de hacer, y ni hablar de lo rico que es. Este tipo de bizcochos suelen ser mejores aun cuando son humedecidos con algún almíbar; en este caso, como quería intensificar el sabor a chocolate y que tuviera un toque de ron, hice un almíbar de cacao y ron. El sabor y el olor de esta torta es en grandísima parte gracias a este almíbar y es algo de otro planeta.
La crema del relleno también es deliciosa, y muy sencilla de hacer. Es importante que comiencen batiendo una crema tipo chantillí (o nata para batir / montar) que esté bien fría y cuando la hayan montado simplemente tienen que agregar el resto de los ingredientes. En las fotos no pueden verlo (perdónenme!, pero no quería cortar la torta antes de cantar cumpleaños y después no quedó ni el recuerdo para la foto), pero la crema del relleno es de chocolate. Es básicamente la misma crema para el relleno y para la cobertura, pero para cubrirla reduje la cantidad de azúcar glass a 70 gramos, omití el cacao y agregué colorante morado en gel. Si no tienen queso mascarpone pueden sustituirlo por la misma cantidad de queso crema, también queda una crema súper rica.
Con la receta indicada de crema les alcanza para rellenar la torta y cubrirla con una capa fina por el exterior. Si quieren cubrirla con una capa gruesa de crema o con la crema de algún color les recomiendo duplicar la receta.
Si les gusta la combinación de chocolate con frutos rojos, a esta receta le van muy bien las fresas y las frambuesas en el relleno!, pueden agregar algunas y queda delicioso.
No se dejen intimidar porque vean muchos pasos en la receta, es simplemente por los distintos componentes y fases, pero les prometo que con una buena organización podrán hacer esto y sorprenderse con sus habilidades. Yo me organicé de esta forma para no tener ningún contratiempo y poder hacer la torta con calma:
2 días antes de mi cumpleaños horneé los bizcochos por la tarde, los dejé enfriar y los corté. Por la noche hice la crema y ensamble la torta. Yo utilicé un aro de pastelería al que le cubrí las paredes internas con papel acetato para ensamblar y tener una torta recta y estable. La dejé en la nevera hasta el día siguiente (dentro del aro)
1 día antes de mi cumpleaños, por la mañana, la saqué del aro y la cubrí con un poco de la crema de chocolate que me había sobrado del día anterior (la mantuve en un envase hermético plástico en la nevera). La dejé reposar en la nevera de nuevo hasta la noche del mismo día. Por la noche hice otra vez crema (esta vez sin cacao, reduciendo el azúcar y agregando el colorante) y cubrí la torta por completo con dos capas de crema morada. La dejé reposar de nuevo en la nevera mientras hice mi ganache de chocolate (pueden ver la receta haciendo click aquí), dejé que el ganache llegara a temperatura ambiente para hacer los drips sin dañar la crema abajo. Hice los drips y por último coroné con una decoración de crema (utilicé una boquilla francesa) y bombones Ferrero. Luego la dejé descansando en la nevera hasta el día siguiente.
Qué les pareció esta bonita? yo quedé totalmente enamorada y era exactamente la torta que estaba deseando para mi cumpleaños número 29 (y desde ya estoy pensando qué voy a hacer para los grandes 30!).
Si tienen alguna duda con respecto a los ingredientes o la preparación, si quieren sugerir o pedir una receta, o si prepararon esta torta y me quieren contar cómo les quedó (me encantaría saber su experiencia!), no duden en ponerlo en los comentarios abajo.
Además, recuerden que amo ver las fotos de lo que hacen con mis recetas!, pueden enviármelas por Instagram etiquetándome en @annaspasteleria, o usando mis hashtags #AnnasPasteleria y #RecetasQueNoFallan, las fotos que más me gusten serán publicadas en mi cuenta! <3
Que tengan un muy lindo día!,
Anaísa
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